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DIARIO DE UN CONDUCTOR

Es un pájaro, es un avión...

¡No! es una L.

Hoy volvia del trabajo por la autovia, en Zaragoza con esto de la expo todo está en obras y la carretera por supuesto también. Así que hay varios tramos en los que la velocidad está limitada a 80 km/h, por la poca anchura de la calzada.

Circulaba detrás de un camión cuando de repente veo por el retrovisor un coche de autoescuela con una gran L encima que viene hacia mi para adelantarme con una alta velocidad, para pser más exacto he hecho una imprudencia, acelerar hasta ponerme a su altura, cuando lo he conseguido, he frenado. El coche iba a 130 km/h. En seguida he visto que un novato no conducia ese coche. Pero he pensado, "¿que pensará una persona que esta aprendiendo a conducir si le ve?". No me parece adecuado que un prefesor de autoescuela vaya saltandose las normas asi como asi, y más pasando en 50 km/h el límite de velocidad.

Y esto viene al caso porque queria comentar el profesor que me tocó para aprender a conducir. Cuando quedabamos después de comer para hacer las prácticas lo encontraba siempre en el bar de debajo de la autoescuela, con el "chato" de vino de turno, que dudo que fuera el único. ¡Toma ejemplo! me lo tomaba a cachondeo.

Luego en carretera no tenia paciencia para nada conmigo, qun siendo novato, le costaba explicar las cosas y lo hacia a mala gana, a la minima te hechaba una bronca desmesurada. Una vez metí una marcha mal y él paró el coche en seco y me dijo: "Así no, cojones!" - "Pues como(, imbécil)!".

Y ya la última que me acuerdo, el primer dia que cogí el coche de la autoescuela (no habia cogido un coche en mi vida), nos fuimos a la autovia y lo pusimos a 150 km/h, yo le dije: "¿no vamos muy rápido?" - "es para que aprendas a meter hasta la quinta marcha" me dijo.

Ahora vendra Aitor, Josep o cualquiera que lea esto que que son un caso aislado, pero menudos fichajes.

2 comentarios

David -

De otra que me acuerdo ahora es que no me enseño a que no se me calara el coche. Solo me decia, "un coche de gasoil no se te puede calar en la vida", pero claro, yo que sabia al principio que soltando el embrague con la marcha puesta se paraba. Luego ya me fui acostumbrando.
Que colleja se merecia.

José Luis -

Pues tuvistes mala suerte con el profe. El mio era un santo. Menuda paciencia tenía, y mira que yo era torpe aprendiendo.

Un buen profe te motiva a conducir. Luego, cuando aprové el examen, suerte de los comentarios que me fueron dejando en mi blog, que me ayudaron mucho a superar los primeros meses de conduccion.

:-)